Cuando mi vuelo queda bajo, busco a Mastretta y a Edel Juárez. Poseen el poder mágico de la palabra precisa, cada quien desde su registro. Con lo suyo, se sueña y se siente y se ríe. Son bálsamo poético, distracción para lo innombrable.
Ellos no saben siquiera que existo.
Yo no completo la existencia sin ellos, sobre todo en la trampa de un sábado fallido.
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Publicado por nicteserra
Apasionada por la literatura, las historias, la poesía especialmente. La palabra, ese maravilloso instrumento, me explica el mundo. Mi locura es escribir y, por supuesto, también leer. Tengo la certeza de que la creatividad es necesaria en todos los universos, los versos y las historias, la vida...
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