Es tan subversivo el lenguaje amoroso de los que no son amorosos.
Pensarán que somos clarividentes, que sabemos encontrar sílabas en sus silencios. Que su terrorista forma de no mirar llega dulce.
¿Qué pensarán, pienso? ¿Que nosotros, los frágiles mortales que vamos soñando los Te Amo como quien sueña con la luna o con el agua, sobrevivimos en Ciudad Desamor?
Jamás notarán que sus palabras no pronunciadas son metralla, que fallecemos bajo el estallido de su granada sin mirada.
No saben de la ternura que nosotros conocemos como oxígeno.
Y no hay maldad en sus modos, claro que no. Son apenas modos desarraigados. Otra forma de ser.
Así explican ellos su acercamiento al amor, uno distinto y distante. Así perciben lo que nosotros vemos como subversión.
Así tejen ellos su versión.