Alas rotas

No escuchés Broken Wings en los grises de una noche como esta. No la cantés así, con firmeza en la voz, con certeza en la memoria , con temblor líquido en los ojos.

La joven que fuiste entonces no comprendería quién eres hoy. Haría preguntas. Desconcertada, adivinaría cuán rotas quedaron tus alas, las promesas, los caminos no andados.

No permitás que el vuelo fallido le arrebate el ímpetu. No lo sabés, a lo mejor inventa una vida paralela. A lo mejor, atiza de nuevo las esperanzas.

El tiempo no es lineal, dicen los que creen. Y ella creía.

Dos registros para una trampa

Cuando mi vuelo queda bajo, busco a Mastretta y a Edel Juárez. Poseen el poder mágico de la palabra precisa, cada quien desde su registro. Con lo suyo, se sueña y se siente y se ríe. Son bálsamo poético, distracción para lo innombrable.

Ellos no saben siquiera que existo.

Yo no completo la existencia sin ellos, sobre todo en la trampa de un sábado fallido.

Noción antes durmiente

He tirado la misma toalla muchas veces. Quedo empapada de falsas razones, muerta de frío, desnuda y triste.

Pero hoy me ha iluminado un misterio indescifrable, una noción antes durmiente.

No es cuestión de tirarla, es cuestión de secarme distinto. De arroparme yo misma, de no morir de frío en aguas ajenas.

Contundencia

Te soñaba. Habitabas sueños frecuentes, vívidos, multicolor. Rozaban esas noches cierta felicidad. Pero no eras tú. Soñaba con una versión tuya que el inconsciente tejió. Eras un invento onírico para recrear la historia. Una osadía.

Sin embargo, a paso de noches largas y de fantasías tejidas con el humo de una esperanza desvanecida, la caverna del cerebro que fabrica los sueños perdió el brío. Claudicó. Abrió los ojos. Con aplomo, se hizo dueña de la verdad.

Aceptó que no hay ilusión superior a la contundencia de la realidad y, con sutileza, nos enseñó de una vez por todas a despertar.

Metáfora de la desavenencia

El silencio, la más constante de sus rúbricas, su mirada de granizo, el brío sordo de su desaprobación.

Torso y extremidades de la metáfora que los define.

Él que se hace ausente dentro del mismo cascarón, dinamita los puentes de la raquítica convivencia.

Ella que construye la puerta imaginaria con desprecios que él suelta, la cierra de golpe para protegerse.

Y viaja de nuevo, como siempre, a la tierra de los otros sueños.

Lo de Lara y Yuri

Como lo de Lara y Yuri ¿Sabes?
Así de intenso, inevitable.
mientras te hablo, mis manos
dibujan filigranas en el aire.

No tengo idea de quiénes son Yuri y Lara,
respondes, sin ver mis filigranas,
tu mirada seducida por guerras de televisión.

Y esta disonancia, cariño mío,
es mi eterna contradicción.

Intensa e inevitable,
como lo de Lara y Yuri, trágica
como su historia.

La culpa es mía.
Tú ni te enteras.

#Babel
#DoctorZhivago

Noches sin dormir

Crecen los tentáculos del insomnio dentro de mi cabeza, se mueven a sus anchas desarmando el reposo de todas mis habitaciones mentales, empujan a mis ojos por la espalda.

Cuentan leyendas de miedo y, desde la caverna de una carcajada atómica, me recuerdan que mis hijos están lejos, muy lejos, tan lejos.