Al caer la tarde se reúnen. Acuden al bálsamo de la amistad en busca de cobijo.
Unidas por su historia, hablando un lenguaje que han hecho propio por tanto gastarlo en la construcción de posibles respuestas, brindan como solo ellas saben brindar.
Celebran la vida y celebran la pena acompasadas por sus voces y sus copas. Con arrojo y con risas, con la justa dosis de lágrimas, con la dignidad que otorga la experiencia, resueltas a seguir adelante, con inmenso amor.
En un ocaso como esos nació este poema.
“La noche, vestida de sombras, de silencios y cansancio, nos trae a este sitio, sedientas de comprensión.”

Siempre digo lo mismo después de leerte, Nicté: me encanta cómo lo haces, cualquiera que sea el tema.
Felicitaciones!!
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Gracias, Magda.
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