No te gastes la vida dando vueltas a mis imperfecciones. Tengo carencias y obsesiones como cualquier mortal. Es naturaleza humana.
Aguanta la respiración y sumérgete más, avanza a las profundidades de mi esencia. Baja las defensas, desatórate y déjate fluir.
Si cambias el lente de tu escrutinio puede que te sorprendas. A lo mejor te topas con alguna pequeña virtud o con detalles simples, de colores. Rasgos que te asombren bien.
No te quedes en lo que te perturba. Puede resbalarse de tus manos la oportunidad de encontrar algún sabor mío que te agrade, que haga sentido. Si tenemos suerte, alguna de mis locuras te dará un rato de alegría. Hasta podríamos tender un vínculo sólido, a prueba de tiempos y cambios. Al fin y al cabo, de eso se trata la buena convivencia.
Yo por mi parte ofrezco encontrar y abrazar lo mejor de ti. De paso deseo divertirme contigo en ese camino de descubrimiento.
Triste recorrer la breve vida sin observar todo nuestro relieve humano. Una dicha llegar a entenderlo.
Si naciéramos perfectos, sería aburrida esta labor cotidiana de tejer la vida. Los días serían planos y predecibles. Sin la emoción de lo incierto, de la ocurrencia o de la sorpresa, no inventaríamos nuevos rumbos para encontrarnos.