Epitafio

A pulso de derrotas
bajo el yugo implacable
de los días, de las horas
los minutos
 
adivino frases posibles para el epitafio.
 
Mi tumba será por siempre
un lamento de muchas urgencias
añoranzas de un lenguaje alternativo arrebatado luminoso
 
que nunca llegó a ser.
 
Mi sepultura, un reclamo infinito
de historias y poemas
 
aplastados por estampidas
de un trabajo ineludible
 
gélido y ajeno
 
victorioso en mundanas batallas.
 
Tratados languidecen ahorcados
por las manos terribles
 
de la monumental perpetua cobardía.
 
En granito o en mármol
o en un cartón
de pálidas pinceladas
 
las palabras del epitafio
 
“Aquí yace la que por siempre quiso escribir
aquí, la que sucumbió a los designios
de un destino implacable
 
en la calavera lleva
versos que no dio a luz
incontables palabras
 
los otros cadáveres
 
hijos amados que ni al tiempo
ni a la vida
 
supo reclamar.
 
En esta tumba de mujer vencida
se repiten
una y otra vez
 
demasiadas muertes.”
 

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