Los naufragios del corazón

“La edad más bonita es, a fin de cuentas, esa en la que se sabe qué sueños se tienen todavía, y la que aún te permite realizar algunos de ellos.”

Se conocen desde niños, coinciden en tiempo y espacio, en la Francia Bretona de posguerra. Sin embargo, pertenecen a mundos distintos. Aún así, George y Gauvain recorren la vida sin dejar de encontrarse y tenerse. En la juventud sintieron el irracional y poderoso llamado del deseo, una atracción sin rienda. Amparados por el arrojo de los pocos años, sucumbieron bajo un embrujo que, sin sospecharlo al principio, apenas comenzaba y se convertiría en un imán vitalicio. A partir de ese momento, ella dieciocho, él veintitrés o veinticuatro, no supieron dejar de acudir el uno al otro. Los unía una energía innombrable.

Sus existencias fueron marcadas por una serie de encuentros planeados en sitios tan dispares como las Islas Seychelles y Florida, pasando por París, por Montreal y por cada rincón del mundo capaz de brindar cobijo a una relación que empezó por los cuerpos y se fundió para siempre en el interior más profundo de cada uno de ellos.

A lo largo de la historia, narrada en primera persona con calidez inusitada y una cercanía que el lector mucho agradece, se desarrollan en paralelo sus respectivas vidas. Ella intelectual, académica, sofisticada parisina, historiadora de profesión. Él, marinero de aguas bravas. Cada quien en su sitio y en lo suyo, ganan ilusión al peso de la cotidianidad y a la desolación de la distancia, planeando el siguiente encuentro. Durante la prolongada intermitencia que define eso que los ata sin remedio, sostienen una intensa correspondencia. La complicidad y un complejo vínculo, marcado por el amor y la contradicción, no permiten que la relación termine.

Se quieren. Se necesitan. Se desean. En ningún ambiente pueden ser a lo largo y a lo ancho ellos mismos, como lo son cuando están juntos. Por eso el dolor durante la ausencia. Por eso las emociones les traicionan en los momentos de dificultad. Por eso aprenden a envejecer separados pero juntos. Por eso, precisamente, construyen una historia memorable. Una historia que solo la muerte sabrá terminar.

“…Es eso, el amor que no se acaba, el deseo que mantiene entre él y ella ese ligero temblor de aire, esa pulsión de vida que confiere un valor infinito a todos los momentos que pasan juntos.”

Benoit Groult, reconocida autora francesa, ofrece en esta novela pringada de brochazos autobiográficos más que el recuento de una historia de atracción, sexo y amor. El libro supone una serie de cuestionamientos y denuncias a la convención y el doble estándar. Aborda temas como la intimidad y libertad femeninas, la segregación social, el rostro voraz del capitalismo. Temas que por considerarse incómodos e inapropiados provocaron fuertes críticas cuando fue publicada por primera vez, en 1988.

Lectura que se disfruta plenamente, un acercamiento que genera no pocas preguntas, “Los naufragios del corazón” es ante todo, una conmovedora historia de amor.

“Porque el vocabulario del goce femenino es, hasta en los mejores autores, de una pobreza lamentable.”

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