En tu canción de armonía y vertiginoso
ritmo, y cuando ausente te guardes en
mudos silencios.
Con la mirada chispeante de tus mil estrellas,
y con ojos cerrados por el cansancio de tu dolor.
Con el rostro sonrosado y bello y plácido,
y con el semblante pálido o desdibujado.
Que te quieran toda, que te amen completa.
Que jamás fragmenten tu ser.
En tu arrojo de desaforada valentía,
y cuando asustada padezcas
la parálisis del temor.
En tu paz serena de flor y de luna,
y en tus batallas, ganadas o perdidas.
En la cumbre de tus logros y victorias,
y en tus abismos de desgarro y derrotas.
Que te quieran toda, que te amen completa.
Que jamás fragmenten tu ser.
Con el bagaje completo que trajiste
de tu pasado, y con los planes todos
que trazas para el futuro.
Vital, febril y enardecida por las glorias de la vida,
o agonizante y azotada por las bromas de la muerte.
En la perfección de tus arranques de dulzura,
Y en la imperfección de tus desaciertos.
Que te quieran toda, que te amen completa.
Que jamás fragmenten tu ser.
Con tus certezas cristalinas, y cuando
naufragas en los mares de dudas que
acongojan tu mente consternada.
Que te quieran grande, que te quieran pequeña.
que te quieran con cascabeles en la sonrisa,
que te quieran con llanto sobre la mejilla.
Que te quieran en los tropiezos y en los errores,
que te quieran en el éxito y en la virtud.
Que te quieran ingenua, que te quieran sagaz.
Que te quieran soñadora, que te quieran realista.
Que te quieran sólida, que te quieran frágil.
Que te quieran siempre, que te quieran toda,
O que no te quieran nada.