El sábado en la noche conocimos a un personaje diferente. Su voz, su actitud y la mirada alegre con la que platicaba, indicaron que está en sus veintes. De ojos vivos, llevaba el pelo negro en una trenza, y en sus orejas, un par de argollas gigantes y gitanas. Se llama Maria Fernanda. «¡Qué alegre que se sienten en mi barra!» dijo con calidez. Nos sentimos bienvenidos. “¡Mis ventas y yo se los agradecemos!” agregó con gran sonrisa. Es bartender en Flights. Encontrar cómplices en el gozo de la buena plática, es un tesoro raro, toparme con ella fue una fiesta. Hizo de nuestra cena de boquitas y buen vino una experiencia deliciosa. Conocedora de lo suyo -la promoción de vinos- escuchó atenta nuestras preferencias, y propuso con tino perfecto dos vinos espectaculares. También sugirió las entradas que mejor los acompañarían. Pero la empatía que tejió fue más allá de su autoridad de experta sommelier. «En Guatemala no hay cultura de barra, la gente nos teme. No saben cuánto la necesitamos, disfrutamos de su compañía y gustamos de la charla» nos dijo. Alex también estaba fascinado.
Así empezó una conversación que nos llevó en un ameno recorrido. Empezó en Chile y sus vinos, pasó por Atitlán y su abuela, nos detuvimos en su vida universitaria, y ahí, terminó de encantarme. Goza de beca parcial y trabaja para costear el resto de sus estudios. Para conservar su beca, no puede bajar su promedio. Por eso, hace malabares entre libros y vinos. Seguimos el rumbo de nuestra conversación por la literatura guatemalteca y comentamos a Virgilio Rodríguez Macal, es bicho raro para su generación esta chica. Después, nos contó que es bisnieta de José Rodríguez Cerna, lo cual explica su mundo de letras. «¡Su nombre! es maya, lo leí en Guayacán. Me gustó tanto que le puse así a mi perrita» dijo en tono feliz y desenfadado. Me reí a lo grande, tener una tocaya de cuatro patas, mascota de una chica libre y lista, me parece genial. Vimos fotos, me enseñó a usar una aplicación de vinos y la tertulia terminó hasta que, después de alargarla con quesos, aceitunas y más vino, llegó la hora triste de despedirnos. Prometimos regresar. Jóvenes así necesitamos: a cargo de sí mismos, dueños de su mundo. Chicos de trabajo y entusiasmo, y de paso, capaces de alegrarle la vida hasta al más serio de los serios.
Conozco a Mariafer…es todo un personaje. Sus vivencias la van a terminar de madurar, tiene energía y le gusta mucho la vida. Me gusta ser su amigo.I.R.
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¿Iván Rivas? del Javier? Serás el mismo que yo conocí? Te acodarás de mi? Yo era novia de un tu amigo (Oscar), los recuerdo tan bien a todos, la pasábamos felices. Espero que estés bien. Y si sos otro Iván, perdona.Esta chica Mariafer, me pareció lo máximo. Casi tan platicadora como yo. La he vuelto a ver, y como para variar platicamos un buen rato.;)Saludos Nicté
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