Quizás no sea feliz el término
adecuado.
Las felicidades son luciérnagas:
intermitente su luz,
impredecibles, escurridizas.
Su permanencia un breve capricho.
Que tu año sea completo.
Que lleguen suficientes luciérnagas
para no perderte en la obscuridad.
Que descubras lecciones en la
Que descubras lecciones en la
sombra, que tengas movimiento.
Que los vientos traigan maestros
y conversación, poemas y fantasía.
Que subas peldaños de agudo reto,
y te otorguen músculo en la cuesta.
Que te deslices con sonora carcajada
por los resbaladeros de tu infancia.
por los resbaladeros de tu infancia.
Que los días suenen a canción nueva,
y tengan silencio suficiente
para escuchar tu sinfonía interna.
Que descubras el vaivén de la
certeza y los misterios y el asombro.
Que cruces miradas de fuego y
sientas abrazos. Que te besen y beses.
Que tengas compañía en tardes de paz,
y jamás te falte durante el terremoto
inevitable que llega con la vida.
Que al salir de estas doce estaciones
seas maestro en subir peldaños,
de nuevo niño en tu resbaladero,
un poema que no termina de escribirse,
que seas canción, que seas silencio.
Que en momentos de jardín
iluminado por luces amorosas,
seas la misteriosa y traviesa
luciérnaga para alguien
que te quiera bien.
Y tengas así un año con luz
y también con sombra,
que el tuyo sea
un año completo.