Este camino de musgo y esmeralda, de tantos verdes y azules, lo recorro a diario. Esclava del tiempo y la impaciencia del quehacer, suelo atravesarlo con urgencia. Y aunque mi prisa provoca aturdimiento aún no causa ceguera. De tanto mirar mi camino repetido, realizo que jamás se ve igual.
Este sendero se renueva con el paso de los días. El sol lo ilumina a capricho. Impredecible es la luz que se cuela por los árboles, cada minuto es distinta.
Las hojas no se repiten, las nubes no se detienen. Ni siquiera el asfalto es el mismo. La sombra lo transforma con el paso de las horas. Nada es estático en esta naturaleza. Cada día una sorpresa nueva, así es mi camino cotidiano.
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Publicado por nicteserra
Apasionada por la literatura, las historias, la poesía especialmente. La palabra, ese maravilloso instrumento, me explica el mundo. Mi locura es escribir y, por supuesto, también leer. Tengo la certeza de que la creatividad es necesaria en todos los universos, los versos y las historias, la vida...
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