No existe estímulo mejor para el ingenio y el proceso creativo. Son expertos en sacar emociones a bailar como ningún otro medio. Son los libros: benditos, mágicos, imprescindibles.
Un texto bien escrito enseña que hay más universos arriba y abajo de todo lo posible y lo imposible. Describe cada facción de un rostro, con la misma precisión que dibuja el ánimo y el alma del personaje. Los olores, los lugares, los sabores, los miedos y los amores -ante todo y sobre todo los amores- se sienten, son cercanos, están vivos.
La literatura es un proceso permanente de conquista: la inspiración del escritor seduciendo a la imaginación del lector. Un idilio apasionado, constante y feliz. Amor que vive y vuelve a vivir.
Dulce manjar son los besos que nos dan los libros, y un benévolo deleite besarles de vuelta.