La cabeza que no lee no ha saboreado la felicidad que brota desde el fondo de un buen texto.
Coincide con un libro y lo deja ir, como si fuera un bicho mínimo. Indiferente, lo ve partir o lo deja perdido en sombras, como si la felicidad cayera de los árboles, o de las nubes, como si algo tan precioso sobrara en este extraño mundo.
Apasionada por la literatura, las historias, la poesía especialmente. La palabra, ese maravilloso instrumento, me explica el mundo. Mi locura es escribir y, por supuesto, también leer. Tengo la certeza de que la creatividad es necesaria en todos los universos, los versos y las historias, la vida...
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