Distancia de domingo

Muere una tarde dominical, despacio,
envuelta en lienzos de humano silencio.

Bajo un techo común
en la misma tarde larga
habitan tres universos diferentes, 
casi dispares. 

Un joven, 
desparramado sobre el tedio de la tarde,
mira el juego eterno de unos Patriotas extranjeros. 

Un hombre, 
perdido en el escándalo de otra pantalla, 
ve sangre y escucha balazos que nunca terminan. 

La mujer, 
desde la esquina invisible que la acoge bajo un ventanal, 
se pierde en las cavernas de un libro. 

Un cuaderno pequeño la acompaña. 

Hoy escribe apenas tres o cuatro ideas, 
pequeños pensamientos. 

De vez en cuando 
descansa la vista, distraída,
sobre la planicie de nubes grises que asoma por la ventana. 

El domingo llegó así, sombrío, 
sus tonos son oscuros, 
casi turbios. 

Vuelve a la historia que el libro le cuenta, la mujer. 

Y mide las distancias de los tres universos,
inmensas, 
insalvables. 

2 comentarios sobre “Distancia de domingo

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