Sacudís mi historia, Silvio.
Nuestro “Ángel para un final”,
tu voz universal,
tu voz perpetua,
los recuerdos tan largos.
Como fantasma
asoma aquella sombra en forma de lágrima
no aprendió a secarse
tampoco termina de desvanecer.
Y con música como la tuya
asomando por las ventanas de tanta certeza
se desarma una tarde cualquiera.
“Se hace leyenda y se convierte en amor…”