Antes de ser domesticada

 
Hubo un tiempo de color y azúcar
días de infancia en los que
mi imaginación de caleidoscopio
aun no había sido domesticada
 
Habitaba espacios fantásticos en donde era capaz de volar
la libertad  flotaba en las burbujas de mi aire
en las de mi estómago niño
 
Tenía seis años
un cerebro fabricante de aventuras
y dos ojos que veían sueños
en las nubes  

Con toda la certeza de mis poderes imaginarios
de niña que crea mundos mágicos
emprendí mi vuelo
   
Ese día supe que hay un sitio blanco
frío, llamado sala de emergencias  
y un asunto como espacial
que emite rayos X  y toma fotos
extraterrestres
dentro del cuerpo
 
Pero no hubo mayor daño
apenas estragos físicos
un poco de dolor
otro tanto de sangre
   
Mi imaginación permaneció intacta porque
aunque fueron pocos segundos
toqué ese cielo que solo los niños conocen
sí, volé alto, muy alto
durante siglos instantes
 
Lo sentí en aquel centro mágico
que brillaba en mi cabeza
antes de que  llegaran
inevitables
los tiempos de domesticación.


 
 

2 comentarios sobre “Antes de ser domesticada

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