Camino de madera para corazones marineros,
el muelle que encontré me permite entrar al mar
para robarle pedazos de paz.
A él le sobran, lo leo en el espejo intacto
de sus aguas.
Solo el viento rompe el silencio mañanero.
El tiempo se detiene
y me regala minutos de buen cielo,
celeste, despreocupado.
Podría morir aquí…
Podría morir aquí…
