Mi hermana entra en la cocina. Sonríe, todo en ella, se asemeja a un remolino. Suda porque viene de jugar soft. Se ve tan joven, casi como niña. Dentro también está mi abuela, parlanchina, como cuando la manada de nietos éramos niños y adolescentes. Sentada en un banquito habla animada, habla sin parar. No comprendo … Sigue leyendo Luminiscencia