A veces necesito invocar a los fantasmas. Abrirles la puerta, sentirlos cerca, besarlos, dejar que hagan lo suyo. Abrirles los brazos de la imaginación.
Y es que al escribir, las muertes y las pérdidas juegan a estar vivas. Tremendo regalo.
Un blog de Nicté Serra
A veces necesito invocar a los fantasmas. Abrirles la puerta, sentirlos cerca, besarlos, dejar que hagan lo suyo. Abrirles los brazos de la imaginación.
Y es que al escribir, las muertes y las pérdidas juegan a estar vivas. Tremendo regalo.