De lamer heridas

Y también soy mujer de caídas. Sé cómo se sienten, en la carne y en el ánima,

los cristales del tropiezo.

Conozco el sabor de mi sangre,
de lamer heridas aprendo.

He padecido y aún estoy aquí, aún lo escribo.

De la fragilidad soy caminante, como tú,
como ella, como él.

Y aún estoy, aún lo escribo. Aún. Como tú.