El fantasma de Tata, mi abuelo materno, se sienta hoy a mi lado. Muy vivo, dicta secretos y recuerdos.
En este silencioso domingo escribo sobre el rito de comer en familia.
Y de aquellos oros, Tata fue el rey.
Un blog de Nicté Serra
El fantasma de Tata, mi abuelo materno, se sienta hoy a mi lado. Muy vivo, dicta secretos y recuerdos.
En este silencioso domingo escribo sobre el rito de comer en familia.
Y de aquellos oros, Tata fue el rey.