Porque me reconozco mortal fiel a la condición humana común en mi pequeñez susceptible a tormentas proclive a la ternura. Porque nací adicta a la curiosidad y al asombro. Porque soy frágil una partícula exigua en el cosmos vulnerable como tú. Porque crecí consciente de mi imperfección de la brevedad de mi tiempo de la levedad de mi ser. Porque mi cuerpo es hoguera cuando regala amor y mi mente un misterio incansable en búsqueda de la verdad. Porque soy hija del agua hermana del fuego femenina de sol a sol. Vivo y muero caigo y resurjo agradecida por mi índole de llama y río de mujer efímera de estrella fugaz.
