Mares en furia volcán en fuego no sé cuál ímpetu gobierna mi interior acaso ambos. Me agitan fuerzas de la naturaleza inmensas se arremolinan todas en el desconcierto de mi cuerpo. Las siento en la sangre y la piel en la yema de los dedos en los pétalos del ombligo olas y llamas, dueñas de todo. Debo aplacarlas el tiempo así lo ordena ahogarlas, sí en solitario silencio. Sin llanto sin palabras o gemidos asesinar los bríos que me danzan dentro. Estrangularlas, sí sin sacudida en tristísimo secreto.
