En el cuerpo

Mares en furia 
volcán en fuego 
no sé cuál ímpetu gobierna 
mi interior
acaso ambos.

Me agitan fuerzas de la naturaleza
inmensas
se arremolinan todas
en el desconcierto de mi cuerpo.

Las siento en la sangre y la piel 
en la yema de los dedos
en los pétalos del ombligo
olas y llamas, dueñas de todo.

Debo aplacarlas
el tiempo así lo ordena
ahogarlas, sí
en solitario silencio.

Sin llanto
sin palabras o gemidos
asesinar los bríos
que me danzan dentro.

Estrangularlas, sí
sin sacudida
en tristísimo secreto.