Desnudez


Un milagro eres, desnudez, cuando coinciden en tu encuentro espíritu y piel. Perfecta casi, y a la vez tan vulnerable…


Si el cuerpo alberga al alma y el alma sostiene al cuerpo han de convivir en un eterno pacto de lealtad. Fragmentarlos es morir en vida.



Tu hermosa mente

Perdona el atrevimiento pero no puedo retirar mi atención de la belleza de tu mente. Sin tú sospecharlo, se impone como sol en mitad de un verano. Asoma cascabeleando por la ventana de tus palabras, por los faroles de tu mirada. Su  encanto hipnótico cautiva a la mía, siempre hambrienta. 
Pocos prodigios proveen la dicha contenida en una cascada de ideas luminosas. 
Han de saber, tú y tu perspicaz entendimiento, que es un raro suceso coincidir con tales inteligencias, casi un milagro.
Tú, tan brillante, entenderás que las curvas de tu pensamiento provocan, son una invitación a resbalar en ellos. 
Yo insaciable, sin remedio me deslizo. Y devoro el milagro.  

  

imperfección absoluta

Nada tan certero como la absoluta imperfección de la experiencia humana. Cae, se levanta, se retuerce, se rasga, enloquece, se pierde, se reencuentra.

Sobrevivir al caos es una destreza atropellada.
 Es saltar a ciegas en abismos de geografía desconocida. 
Si estamos respirando, la vida es un complicado hábito imposible de esquivar.

Pero depronto ocurre lo insólito, 
A veces la vida tiene arranques de caricias, premia con dulcitos de consolación: 
Libros alucinógenos, 
conversaciones que no se olvidan, 
la luna cercana y amarilla, 
canciones y besos. 
También chocolates.

Palabras urgentes y arrebatadas

Desde la añoranza, desde la memoria y sus recovecos todos.
Desde la experiencia de antaño, la de ayer y la de este preciso momento. 
Con recuerdos escribo acerca de antes, con fonemas nuevos describo el ahora,
en un intento por comprender.
Desde las creencias  que ya no son. Las que hacían daño. 
Desde las que rompí en mil pedazos y solté al viento, 
también desde las que quemé en la hoguera del  sinsentido. 
Escribo desde lo que creí y amordazó mi alma,
para jamás olvidar.
Escribo a partir de las más puntiagudas carencias. 
Nacen párrafos interminables en el sótano donde se oculta lo que hizo falta, 
lo que tanto urge, lo que nunca llega. 
Escribo para invocar aquello que me define como mujer incompleta,
para continuar la búsqueda.
Desde el asombro infantil que no me abandona, 
y desde las simplezas que tanto fascinan.
Escribo, sí,  todos los días muchas palabras. 
Urgentes y arrebatadas.
Pertenezco a un extraño grupo de personas que trae palabras enrolladas en las manos, 
en los brazos, en todo el cuerpo. 
Hilvanamos collares imposibles con palabras. 
No somos escritores pero no vivimos sin escribir. 
Llevamos la fuente dentro, como a la procesión.
Nicté

Canción sin nombre

Se escurre una canción en las sombras de la noche 
es una tonada tan bella 
desconocida
Nada evita que me conmueva hasta las lágrimas, 
nada evitará que luego me abandone
quedaré a solas
Surge un sentimiento impostergable cuando la música se impone

                                                                      pasión arrebatada
Giró dando pequeñas vueltas en este aire de viernes,

mi canción escurridiza
Danzaba seductora sobre un pentagrama imaginario. 
Bailaba ella, giraba también yo

agradecida por las notas
El eco de su piano entró por el umbral de mis oídos hacia el vestíbulo sonoro de mi pecho, 
con osadía musical trazó suaves volutas en mi vientre, 

                                                            como aquellas mariposas
Su magia melancólica me ha golpeado para siempre,
                                                             luego, silencio.
Ha escapado la melodía desconocida,
resbaló en pocos, largos minutos, 
                                                            inolvidables minutos
Salió por la ventana en búsqueda de sombras y búhos. 
Y en el silencio que ha dejado procuro tararear su recuerdo. 
Queda en su espacio 
una lágrima cristalina
Tengo en el cuerpo canciones que jamás olvido, 
aunque anónimas, 
huyan por la ventana hacia el misterio 
de la noche