Inmensa, incomprensible y sorprendente es la experiencia humana. Tan variada, tan contradictoria, inevitable.
Es miserable o espléndida, un tornado o simple brisa, pradera o barranco. Arriba ayer, abajo hoy. La única constante es que el devenir del ser humano resulta siempre cambiante, indescifrable a veces. “¿Por qué? ¿Para qué?”
Cada quien con su colección de asombros, de penas, de gozos, de besos…de bofetadas. Cada quien con su historia única, haciendo malabares para que suceda.