Me gustan los mariachis

Feliz casualidad la que me tocó vivir hoy, de pura algarabía. Salía de un lugar cuando escuché un escándalo de trompetas, guitarras y voces charras. Mariachis para una cumpleañera en el sitio menos pensado. ¡Dichosa la festejada! Toda metiche, me quedé un ratito, viendo de lejos, escuchando a los señores de sombrero y bigotes.
Viajé con sus notas y compases al pasado, a serenatas para amigas y amigos en los años 80′, a celebraciones en donde mis tíos, a cierto cumpleaños de mi abuelo Tata, en el que mariachis, hijas y nietos lo celebramos por todo lo alto. Puedo resucitar la emoción como si se tratara de ayer: los pelitos de los brazos como flechas, y los ojos de piscina.
Canciones inolvidables, amorosas  o rancheras que me iluminan ánimos y nostalgias. Letras completas en mi memoria, favoritas que aún mueven a mi universo. Y aunque nunca tuve la fortuna de ser festejada con semejante detalle, canté y bailé acompañada de su música bastantes y alegres veces.
Si se escuchan mariachis en algún festejo, es porque hay un grupo de gente reunida para celebrar la vida. Si es debajo de un balcón, es porque un enamorado lleva a su amada un homenaje de canciones, los mejores motivos.

Me gustan los mariachis. Por románticos, por su presencia y volumen, por sus canciones de siempre. Por lo que se siente.